Besar el cielo siendo mortales, pero viviendo como ángeles terrestres. Besar la tierra como ángeles sin paraíso y sin alas, para crecer como personas…
viernes, 25 de enero de 2013
CAPITULO 2.
Marta entra en el coche de su madre. Tiene frío. Aun sigue empapada debido a su caida en el charco.
Su madre la mira cabreada.
- ¿¿Pero se puede saber como te la has apañado para caerte en un charco?? ¿¿Es qué no tienes ojos en la cara??
- Mamá me he tropezado con una lata y...
- Seguro que ibas pensando en las musarañas, como siempre... Ay Marta, Marta ¿cuándo te vas a espabilar?
- Pero mamá...
- Ni peros ni nada. Eres igual que tu padre.
En ese momento Marta estalla de ira, ya no lo soporta más.
- Para el coche.
- ¿Qué?
- ¡¡Qué pares el coche!!
- ¿Pero qué dices Marta?
- ¿¿Es qué no me escuchas?? ¡¡Que pares el coche o te juro que me bajo en marcha!!
- No pienso parar el coche. ¿A dónde se supone que vas chorreando?
- ¿¿No paras?? Pues vale.
Marta abre la puerta de copiloto del coche de su madre y salta a la carretera. La velocidad a la que el vehículo circulaba era mucho mayor de lo que suponía la chica.
- ¡¡Marta!!¡¡Marta¡¡
Los gritos de su madre fue lo último que pudo escuchar antes de perder el conocimiento.
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